domingo, 28 de julio de 2013

Sos

Sos como el alfa y el omega. De vos parto y en vos termino. 

Sos la verdadera Valkyria que cuida al guerrero y lo recibe al morir para llevarlo al cielo. Pero el guerrero no pelea por el cielo, sino porque es guerrero. Por eso el guerrero vuelve a la guerra, puesto que su recompensa es la victoria y no el cielo.

Sos mi refugio último, el elefante que sostiene el plato del mundo, de mi mundo. Si no te tuviera tal vez habría muerto… o habría curado? No lo creo, difícil es que tenga cura.

Quizás nuestro destino sea mas fuerte que mi estupidez.

Quizás seas lo mejor que me pasó en la vida y no me doy cuenta. 

Soy la medida de tu grandeza, la manifestación viva de la enormidad de tu alma. Vos sos mi Ariadna, irredenta. 

Eterna es nuestra cadencia, sin final… y a veces creo que hasta sin principio



lunes, 15 de julio de 2013

El Reino de la Tristeza

Nunca visites el reino de la tristeza. Dicen que todo aquel que lo recorre luego no termina de abandonarlo jamás. Allí todos los días son nublados y el sol se ve siempre brillar a lo lejos, en otra parte. En ese reino sus habitantes siempre están disimulando, forzando su mirada para que no se note tanto que están tristes.

El reino de la tristeza esta lleno de museos, abundan los museos con cosas de tiempos pasados. Tiene un parque de diversiones abandonado y algunos cines que pasan siempre las mismas películas.

El clima es siempre otoño. Y las hojas caídas de los árboles no son barridas, sino que permanecen como prueba viva de que alguna vez hubo un verano y una primavera. Pero tampoco llega el invierno, sólo el otoño con alguno que otro día más frío y nublado que lo usual.

Todo aquel que visita el reino, pronto se lo hace ciudadano y se le otorga una pequeña morada. Y aunque luego uno logre partir, allí ya le queda siempre una casa. Se le otorga un pequeño pasaporte negro, que puede usarse si se quiere, para ir a todos lados en calidad de ciudadano. Es pequeño y negro para que no se note mucho. En general sus ciudadanos tienden a pasar desapercibidos. Sólo son reconocidos por otros ciudadanos y por aquellos con ojo avezado.

El reino es muy inseguro. Las noches allí son muy peligrosas y es muy común que cada noche algo nos sea robado, o seamos lastimados. Y los números de emergencias nunca funcionan bien.

Es muy común encontrar tiendas que venden espejos muy particulares, que sólo reflejan los errores y las cosas que no están. Sus calles siempre están rotas y a veces se ven algunos operarios haciendo arreglos, que nunca se finalizan.

En el reino de la tristeza, todo se paga con unas monedas pequeñas que tienen grabadas un reloj de arena, no se porqué. Hay en un rincón del reino una biblioteca muy grande y antigua, con libros que tratan sobre el reino y sus caminos y paisajes, sobre sus historias y sobre las cosas fuera del reino, pero solo pocos habitantes la visitan.

En el reino de la tristeza, gobierna una reina, siempre dispuesta a recibir a sus súbditos. Ella es bonita, callada y egoísta, pero a todos atiende bien. No es buena, tampoco es mala. Su vida es muy rutinaria y sus sonrisas son breves. Dicen que su mirada es como la de Medusa y su castillo esta en el lado opuesto a la biblioteca.

Ten cuidado con el reino de la tristeza. Recibe muchos visitantes a diario, pero no es bueno quedarse mucho tiempo, porque pronto puedes volverte ciudadano.



domingo, 20 de mayo de 2012

He Soñado


He soñado, siempre he soñado.
Me han odiado sin razón y a veces con razón.
He conocido el amor y sus miserias.
Supe encontrarme con innumerables fracasos y con algunos éxitos. A todos aprendí a superarlos.
Visité ciudades y conocí su gente. Crucé océanos y mares, y encontré las mismas cosas con distintos matices, y a veces también otras cosas.
He sido privilegiado con grandes amistades y me embarqué en profundas soledades. Fui un buen amigo y también un mal amigo.
He amado más allá de lo debido. Me han roto el corazón alguna vez, y alguna vez he roto alguno.
Ayudé a algunas personas y recibí ayuda muchas veces, aunque no siempre lo agradecí como es debido.
He pasado la noche en la calle, sin techo y sin bandera y he sentido la alegría del encuentro.
Sufrí despedidas y también muertes.
He mentido y he sido engañado. Conocí el valor de la sinceridad y la angustia de la libertad.
He muerto y vuelto a nacer.
He recorrido bosques, ríos y montanas, y pisado incontables playas.
He sabido de privaciones y experimentado la tranquilidad de tener más de lo necesario.
He escrito un libro que nadie leyó y dado discursos que han sido olvidados. He cambiado la vida de algunas personas. Enseñé, y recibí miles de lecciones.
Observé los paisajes más lindos y también algunos muy desoladores.
Supe de victorias y de derrotas.
Conocí el valor de la familia y también su carencia.
He padecido robos y estafas.
Conocí la traición y el desengaño.
Navegué ilusiones y decepciones.
Supe de hastíos y de esperanzas.
Me he emborrachado hasta el extremo y vivido algunos excesos.
He sido héroe y también cobarde.
Me he iniciado en tantos misterios solo por buscar una respuesta. He buscado sin hallar y alguna vez he llegado a encontrar cuando no buscaba.
Conocí la resignación y también el valor de la perseverancia. Me caí y volví a empezar.
He deseado siempre un mundo más justo, y sufrido por ello.
Odié y también perdoné.

De esta montaña rusa he querido bajarme muchas veces, pero sé que el sentido mismo está en el vértigo de sus vueltas.

Pese a todo he soñado, siempre he soñado…