sábado, 2 de junio de 2018

El Lado Oscuro de la Luna


La Astrología es la herramienta por la que los astrólogos analizan e interpretan a la psiquis humana. Los que creen, ven en ella una técnica para desentrañar las profundidades del hombre y sus circunstancias, e incluso develar los eventos que les depara el futuro. Los que no creen, le cuestionan su falta de fundamento científico y la acomodaticia vaguedad que pueden generar sus interpretaciones.

Más allá de la creencia o no en este arte, lo cierto es que su contenido expone formas, metáforas, personajes, símbolos y procesos que constituyen una elaborada representación del funcionamiento de nuestra conciencia y las maneras en que se moldea nuestra forma de ser y pensar.

Explica la Astrología que el Sol y la Luna son las representaciones de fundamentales aspectos de nuestra psique: el sol es nada menos que el Yo consciente, racional, nuestra forma de entender el mundo, la individualidad manifiesta. La Luna en cambio, se relaciona con nuestros sentimientos, nuestro aspecto afectivo, el vínculo que nos une al hogar y aquellos arquetipos que definen nuestra estabilidad emocional. Se dice que es el Sol el que expande las energías masculinas y la Luna las energías femeninas.

Es en estas últimas donde quiero detenerme en esta suerte de tesis... ¿Y cuál es la proposición que la compone? Como arriba es abajo y abajo es arriba, así es la Luna y su lado oscuro. Entonces planteo: hay una parte muy grande de nuestra emocionalidad que esta oculta en nosotros, que no puede verse en la luz de la conciencia ordinaria y siempre está fuera de alcance para aquellos que no pueden ver en la oscuridad. Esa parte es de igual tamaño que la otra, pero nunca es visible a simple vista.

Esa parte es una forma de sentir, un movimiento interior que emerge en circunstancias ajenas a  nuestra personalidad solar ordinaria y cotidiana. Una parte que no esta velada para uno mismo, pero sí para el resto que nos mira con la luz del Sol (es decir velada para la gran mayoría de aquellos a quienes compartimos la exteriorización de nuestra personalidad en la ordinariedad de la existencia civilizada). Dicho de otro modo, hay un aspecto de nuestro sentir que no se manifiesta hacia afuera en nuestra cotidianeidad y solo está ahí, tan visible para uno como queramos detenernos en el, tan visible para otros como les permitamos conscientemente ver más allá de lo evidente en uno.

¿De que se trata?

Se trata de nuestro aspecto políticamente incorrecto. De lo que ocultamos a la luz del día. Del lado cuestionable de nuestro sentir. De aquellas emociones, impulsos y acciones que serían reprobables a los ojos del día. Lo sabemos y aún así lo ejecutamos. Hay tantas posibilidades como personas... no es un lado oscuro univoco.

Hablo de oscuridad porque no voy a caer en el lugar común, simplista y reduccionista del juicio de valor. No tiene sentido ni es dable catalogar al lado oscuro como bueno o malo. Mejor hacerlo por su ausencia de luz: No es luminoso, es taciturno, profundo…. Puede ser melancólico o puede ser triste, o quizás sea un enojo sutil, permanente… quizás un dolor, o un amor (si es que de ese lado pueden diferenciarse tanto), un deseo o una perversión.

El lado oscuro es la parte de Mr. Hydee que nos compone. Tiene su propio lenguaje y su propio mundo de expresión. El lado oscuro solo se manifiesta en los contaxtos adecuados (puesto que siempre esta oculto para los contextos ordinarios, aunque sus influencias lleguen a rozarlos). Es más cercano a la noche que al día, más propio de los silencios que de los ruidos (aunque esos silencios sean interiores).

Entendido esto, es necesario dar un paso más: El lado oscuro de nuestra Luna es a su vez un  escudo del mundo, a veces nos equilibra y protege. Puede sonar raro, sí. Pero lo cierto es que el universo no es un lugar fácil para nuestros planetas, así como el mundo no es un lugar fácil para el hombre.

El lado oscuro de la Luna es un lugar lleno de cráteres, siempre está expuesto a meteoritos que impactan de ese lado y nunca alcanzan el lado visible. De igual forma nuestra oscuridad siempre está expuesta a cuestionamientos (por eso sigue oscura) y a veces nos balancea del peso del mundo. Hace que la luz sea siempre soportable y las emociones que ella ilumina, esten siempre cuidadas.



domingo, 20 de mayo de 2018

Un millón de años luz

Una forma de decir "una distancia infinita". Perfecta metáfora para explicar lo lejos que se puede estar de uno mismo. Lo lejos que muchas veces estamos de nosotros mismos.
Esto es tan lejos, es Nuncajamas. Es donde tu mirada nunca fue. Donde la meta nunca llegó. Donde el sueño siguió siéndolo.
Esta noche estoy tan lejos. No termino de entender si sentirse lejos es sentirse perdido o es sentirse despierto.
Esta noche el viento sopla.
Los besos de miel no llegaron nunca. Ya no importan. Las metas ya no son claras. La inercia del mundo se hace visible, palpable, insoportable.
Tengo una tormenta silenciada adentro. Si uno presta atención se puede escuchar el paso del tiempo. Pero el tiempo pasa y no estoy, ni me voy.
¿Como puedo olvidar que solo aquel que se pierde a sí mismo puede encontrarse?
La noche es fría y ventosa... Y estás tan lejos, pero tan cerca!



lunes, 2 de abril de 2018

¿A que huele la noche?

Será que hay un olor en el silencio taciturno de la noche... un sutil, muy sutil perfume que atrae la brisa en la oscuridad.

Huele a misterio, calma y a veces ansiedad.

Huele a incertidumbre, a cambio. O más que a cambio a devenir. Un aroma a preludio que nos indica que las estaciones transcurren, que los ciclos terminan (y luego comienzan). Es que todas las noches no son iguales y no es solo una cuestión de climas: hay noches vibrantes, intensas, íntimas y melancólicas. Noches en las que el tiempo fluye en cámara lenta.

En verdad hay noches de todo tipo, pero hay algo que podemos dar por seguro: si te detienes un instante a percibir el olor de la noche, ella no pasará desapercibida.

¿Será que en definitiva el olor de la noche no es otra cosa que el sutil resonar en el olfato de nuestro inconsiente, que transpira inquieto, agitado, tratando de moverse?

Amo respirar el perfume de la noche, bajo las estrellas, claro. Los olores se confunden demasiado entre puertas cerradas.

Dicen que el olfato es el más poderoso de los sentidos. Tiene la habilidad de transportarnos intensamente a lugares muy arraigados en nuestra memoria. Por eso es importante el olor de la noche.


domingo, 25 de febrero de 2018

Ella



Ella es más inteligente de lo que parece. Tengo que reconocer que la belleza a veces nos vuelve prejuiciosos. Y nuestros prejuicios siempre tienen la medida de nuestras limitaciones.

Es muy linda, sí. De esa clase de belleza que tiende a hacer que la gente se detenga no solo en ella, sino en quien la acompaña, preguntándose envidiosamente cómo es posible que ella lo haya elegido y suponiendo antiguas leyes de embudos o billeteras poderosas asesinas de galanes.

Esa belleza combinada en su actitud, entre candorosa y decidida, nunca puede pasar desapercibida y es tan indeleble como un tatuaje en el alma.

Yo aprendí que la belleza no es algo tan raro, ni tampoco tan importante. El ser humano tiene ese increíble defecto (¿o quizás virtud?) de acostumbrarse a todo. Y hasta la pintura más hermosa al ser contemplada todos los días pierde la mística que alguna vez despertó en su dueño. Las musas no inspiran para siempre.

Por eso ella es diferente, no por bella, sino por inteligente. Hay que quedarse siempre con quien nos desafía el intelecto. Con quien nos muestra otra mirada, nos provoca. Quisiera alguien que muchas veces piense diferente y me contagie. 

Ella siempre fue así… tan ávida del mundo y sus complejidades como yo, aunque usualmente lo entendía de otra manera.

Con ella podía quedarme hablando meses y ponerme o no de acuerdo. En verdad no importa, porque siempre me costó concentrarme en las palabras. Confieso que cuando charlaba con ella sobre el mundo y sus misterios solía perderme en sus hermosos ojos infinitos, imaginando sus besos. 

¿Acaso sueno contradictorio? Para nada, a veces la belleza nos vuelve prejuiciosos.



lunes, 3 de abril de 2017

No te conocía cuando empecé

A decir verdad, no me conocía a mí mismo tampoco.

Hoy no cambió mucho eso, pero al menos después de un tiempo conmigo y prestar atención, voy sacandome la ficha un poco.

En verdad podemos empezar las veces que queramos, total... el juego siempre terminará de la misma forma.

Muy en el fondo, si filtramos el ruido y prestamos atención, se puede escuchar un llamado. Quizas se disfraza de memoria, pero es más que eso. Es muy posible que sea un recuerdo: algo así como una foto grabada que emociona. Una imagen que tiene vida.

Seguramente su mensaje es incómodo pero solo es el grito desesperado de nuestra verdad, que insiste en salir y en finalmente... Empezar.