jueves, 30 de diciembre de 2010

De Crísticos y Cristianos



Recibí un mail de una buena amiga mía a quien veo muy poco, con salutaciones generales por fin de año a su gente, en la cual me encontraba yo. Sabía de antemano que ella estaba por un camino espiritual cristiano.

En su mensaje compartía su alegría de sentirse “plena” con las elecciones que había tomado y expresaba que su deseo para el año que comienza es que todos logremos sentirnos de esa manera.

Confieso que la primera vez que leí el mensaje, sentí confusión. ¿Cómo uno puede sentirse “pleno” realmente? ¿En este mundo tan lleno de dudas y tribulaciones, alguien logra sentir la plenitud? Me alegró que lo haya logrado y a la vez me confundió, puesto que yo no he podido.

Plenitud nos dice el diccionario que es el apogeo, el momento culminante de algo.

¿Cómo es posible lograr eso en un estado cotidiano?

En la fe cristiana, claro, eso es posible por la “comunión con Cristo”. Esto es tomar sus enseñanzas y tener la convicción que su ser esta junto a uno y acompaña nuestros pasos. Es simple.

Cualquiera que se proponga un cristianismo sincero, debería lograr esa plenitud. Sin embargo, al repasar los evangelios, paradógicamente no he logrado captar que ese ser llamado Jesús, se haya sentido él mismo pleno. Por el contrario, padeció persecuciones, enfrentamientos, acosos, tribulaciones, angustias y un terrible martirio. Pero sin embargo, nada de esto lo desvió jamás de su camino, de su enseñanza.

¿Cuantos sufren también estos pesares? ¿Cuántos que a pesar de ello, persisten con entereza procurando ser mejores cada día? ¿Cuantos son cristicos?
Por otra parte, están los cristianos: aquellos quienes buscan la plenitud en la palabra. La paz de la comunión. La transformación interior hacia un estado espiritual armónico.

Así se nos presentan dos maneras de cristiandad. Los cristianos, que siguen la enseñanza de Cristo, tratan de practicar su doctrina del amor al prójimo y sintiéndose cerca de él siempre, elevan su espíritu. Son los faros de luz que contagian y se nutren.
Y los crísticos, que aunque tratan igual de seguir su enseñanza, padecen también la angustia del mundo, sufren sus vicisitudes y pese a la dificultad, tratan de llegar a otros como tratan de llegar a sí mismos. Son los guerreros, que descienden a los infiernos, antes de alcanzar el cielo.
Cristicos o cristianos, son definidos como tales por su propia naturaleza, aunque la presencia de Cristo esta en ambos, ya sea en la paz de la armonía o en la guerra de la tribulación. Caras de una misma moneda, que el mismo Jesús previno: “Les digo esto para que encuentren la paz en mí. En el mundo tendrán que sufrir, pero tengan valor, yo he vencido al mundo” (Juan 16.33).

La última acepción del término plenitud en el diccionario explica que “plenitud de los tiempos” es la época de encarnación de Jesucristo.

Que el 2011, nos haga plenos a todos.