martes, 19 de agosto de 2014

Why we fight

Come to war. Ride the black unicorn against the unknown.
Fight. Fight despite the certainty of death.
Fight until nothing of you may remain

Stay. Don't you dare... Stay! Leaving is perishing. 
And winning is nothing but dying mighty on your feet.
Behold... Face the eternal night. The everlasting battlefield.
Rise your light through the darkness!
Never give up. Never surrender. 
Fight! Untill nothing of you may remain...

domingo, 3 de agosto de 2014

La muerte al lado (parte 1)


Se escucha un compás de jazz a lo lejos. Con las nubes de la tarde tomo despacio mi café, y esa combinación de primavera y música lejana en algún rincón de Buenos Aires hubiera dado a la jornada una amena sencillez.

Pero la muerte está sentada a la mesa de al lado. En realidad siempre lo está, y siempre tomando el mismo té. Apenas mirándome de reojo, distraída pero presente. Nunca me miró a los ojos, por suerte. Confieso que la primera vez que la vi me dio miedo, mucho miedo. Ahora ya ni le presto atención... miento, algunas veces sí, como hoy. Hoy la miro... Esta tan lejos... tan cerca. 

Aprendí a comunicarme, o al menos a escucharla. Si le presto la suficiente atención a veces me habla. 

No crean que su apariencia es la de un esqueleto con una túnica negra, no. Ella viste de negro, claro está, pero tiene mi exacto mismo rostro, aunque calmo e inexpresivo. Todo lo ve, todo lo sabe. Cuando la veo, me veo a mi mismo. Cuando le presto atención, el mundo entero me resulta distinto, raro.

Recién sin inmutarse me preguntó: "Que es lo importante?". Claro que ella no esperaba una respuesta (de hecho estoy seguro que no ha de esperar nada de mí). En cualquier caso no se puede dialogar con la muerte, pero como dije antes, sí escucharla. Créanme que cuando la muerte te pregunta sobre que es lo importante en la vida, todas las certezas se vuelven muy frágiles.

Las primeras respuestas que ensayé no me convencieron: familia, logros profesionales, amistad... No. El día que la muerte me mire a los ojos, el día que tome mi mano, que importará lo que quede? Qué importará si tuve un hijo o tuve ocho? Si hay cien que me lloran o me voy solo y desconocido? Qué importarán mis títulos, mis casas, mis legados? Podrán importarle a los que se quedan por un ratito más, pero no a mí. No hay ética en el otro lado, ni memoria, ni nada de lo que damos por sentado aquí. Del otro lado no hay humanidad, pretender aplicarla es a lo menos ingenuo. Hay algo que es seguro con la muerte: cuando ella me lleve, dejaré de ser humano. Por qué me empecino entonces en pensar en ella como tal?

Mientras giro alrededor de todo esto, asoma un rayo de sol entre los árboles y la Muerte vuelve a preguntarme.... "Que es lo importante?"