miércoles, 16 de abril de 2014

Samba



Hay una cadencia en este silencio... Podría escuchar la eterna melodía de las cosas, las circunstancias.
Si sólo prestara atención, podría sentir los ritmos que han definido mi ser desde que llegué al mundo. Todos los tenemos. Distintos en cada uno, como la propia historia.

Han observado que son los mismos ritmos que se repiten? El mismo patrón, en diferentes tonos, con distintos acentos, pero el mismo patrón.

Cada uno tiene una melodía... Cuyas notas se repiten... Distintas pero iguales.

Escuchen... Escuchen su propia historia.... Ahí en el fondo está la cadencia. Sutil, perenne. El mismo ritmo que permanece silencioso de fondo, y se repite, en cada historia.

Esa cadencia suele ser casi imperceptible y en algunos casos hasta llevarte a la locura.

Escucharla... La salvación está en escucharla. Cuando deja de ser imperceptible, cuando la cadencia se siente en el cuerpo, los ojos pueden abrirse y nada entonces será igual.

Cierta sutil estructura, apenas visible compone todas nuestras historias. Nuestro pasado es en el fondo, la repetición solapada de un esquema, de las notas de nuestra propia melodía. Un ritmo que pasa desapercibido pero existe. Una cadencia eterna.

Todo el universo se reconfigura si logramos cambiar la música... Que desafío!