lunes, 2 de abril de 2018

¿A que huele la noche?

Será que hay un olor en el silencio taciturno de la noche... un sutil, muy sutil perfume que atrae la brisa en la oscuridad.

Huele a misterio, calma y a veces ansiedad.

Huele a incertidumbre, a cambio. O más que a cambio a devenir. Un aroma a preludio que nos indica que las estaciones transcurren, que los ciclos terminan (y luego comienzan). Es que todas las noches no son iguales y no es solo una cuestión de climas: hay noches vibrantes, intensas, íntimas y melancólicas. Noches en las que el tiempo fluye en cámara lenta.

En verdad hay noches de todo tipo, pero hay algo que podemos dar por seguro: si te detienes un instante a percibir el olor de la noche, ella no pasará desapercibida.

¿Será que en definitiva el olor de la noche no es otra cosa que el sutil resonar en el olfato de nuestro inconsiente, que transpira inquieto, agitado, tratando de moverse?

Amo respirar el perfume de la noche, bajo las estrellas, claro. Los olores se confunden demasiado entre puertas cerradas.

Dicen que el olfato es el más poderoso de los sentidos. Tiene la habilidad de transportarnos intensamente a lugares muy arraigados en nuestra memoria. Por eso es importante el olor de la noche.