domingo, 30 de noviembre de 2014

Apuntes sobre la Libertad (parte 1)





"La libertad no es una filosofía y ni siquiera es una idea: es un movimiento de la conciencia que nos lleva, en ciertos momentos, a pronunciar dos monosílabos: Si o No. En su brevedad instantánea, como a la luz de un relámpago, se dibuja el signo contradictorio de la naturaleza humana" (Octavio Paz).


El reconocimiento de nuestra libertad nos lleva a un gran desafío: la asunción de nuestra responsabilidad sobre el propio destino. A nadie podemos echarle la culpa del fracaso, pero tampoco podemos desligarnos del mérito del éxito. 


El reconocimiento de nuestra libertad solo es posible en el reconocimiento de nuestra comunidad y de lo dependientes que somos de ella. Y es ahí, entre la comunidad y la libertad donde se encuentra la ética. En la clase de mirada que tenemos sobre el otro y la mirada que tenemos de uno mismo es donde construimos los valores que nos sostienen en nuestra vida.


¿Somos más libres cuanto más impunes son nuestras acciones en relación a nuestro entorno (nuestro hábitat y nuestro prójimo)? No, puesto que tal impunidad no existe. Toda acción tiene una reacción, toda causa una consecuencia. 


No es posible pensar una comunidad en la que algunos puedan ser dueños de la libertad de otros. Tal comunidad no existe en la naturaleza y está destinada a perecer. La libertad se alza en última instancia como la permanente posibilidad de decisión: Si o no, aceptar o resistir, luchar o someterse, intentar o resignarse, aventura o confort y un sinfín de etcéteras.


¿Cuando entonces, somos libres? Siempre! en la medida que tomemos conciencia de ello. De comprender que la elección siempre es nuestra. Como le enseña Savater a su hijo Amador, no podemos elegir las circunstancias que nos pasan, pero si podemos elegir que hacer con ellas. Y con esto, salvo casos extremos, la culpa deja de ser del otro, deja de estar afuera. 

El manto de la responsabilidad de nuestro propio destino, invariablemente nos cubre.  


No hay comentarios: