Tremendo... Podemos enumerar mil cosas que vemos mal en la otra persona, y buscar muchas voces que nos las confirmen. Sin embargo, temo que pese a esa enorme lista, la verdad sea que seamos lo que el otro necesita para que una flor crezca en este mundo tan dificil.
Y el temor de esa verdad no es la verdad misma sino que, de ser cierta, cometamos el grave error de seguir combatiendola. Perseverar en la lucha hasta ganar esa batalla y, en ese preciso momento, perder definitivamente la guerra.
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