lunes, 23 de diciembre de 2013

Besos de Magia



Yo creo en la magia. Y no me refiero a sacar un conejo de una galera o hacer aparecer una paloma de un pañuelo. Me refiero a aquellas cosas, eventos o sucesos que sin razón aparente dejan una impronta en nuestro inconsciente y por que no? En nuestra memoria consciente también.

Yo siempre pensé que había magia en un beso. No en cualquier beso, pero si en algunos besos. Esos que luego de ser dados (y recibidos) continúan en nuestra boca por días (incluso hasta vidas).  Ah... Que magia que hay en esos besos! Transformadores de la consciencia, revitalizan el alma y tienen un poder ocular innegable: hacen ver distinto el mundo.

Yo adoro esos besos, tan raros, tan dulces. Esos besos que parecen encajar cómo piezas de rompecabezas. Besos de vainilla y terciopelo.

Esos sí que son besos peligrosos, porque hechizan. Su magia es de arquitectura. Son besos capaces de diseñar castillos, ciudades y hasta mundos enteros. Diseños que muchas veces, quedan sólo en diseños. Son riesgosos esos besos.

Adoro esos besos. Muero en cada uno de ellos. Pero son tan raros, que hacen parecer que morir, es vivir sin ellos.

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